Recuerdo bien cuando el amigo Ricardo Ramos tomó la fotografía. Se pensó en esa vieja fotografía de jazzistas que hiciera famosa Spielberg en esa película llamada La Terminal.

Se pidió a varios compañeros y amigos del rock que se reunieran para aparecer en esa foto de recuerdo. Por diferentes razones no todos pudieron estar. Aparecieron miembros de Los Pegajosos, Teleflora, Los Stoners y Eslabón.
Fue un sábado por la mañana en el parque del fraccionamiento donde vive Marco Quintana, muy divertida sesión y excelente camaradería entre las bandas. Incluso Ramon “Gopal” Durañona llevó a su hijo Ramoncito que en ese entonces contaba unos 6 años.
Por alguna razón yo pensaba que éramos parte de algo grande, como si hubiera un movimiento artístico de música independiente que se dirigía a alguna parte. No sé exactamente si fue el caso.
Lo que es un hecho es que, a casi 10 años de ésto me enorgullece saber que muchos de los ahí sentados seguimos en la música. En proyectos solistas, participando en otros ensambles o dando clases. El sueño no se terminó, simplemente se adaptó a diferentes realidades, mutó en un ente que vive. Miro atrás a mis amigos que tuvieron proyectos en los 80 y 90 y otros que en esta segunda década del 2000 hacen música propia y concluyo que:
Uno no hace música por complacer a los demás o para hacer fama y fortuna, lo hace por una necesidad creativa auténtica.
Salud colegas. Que haya Música siempre en ésta linda ciudad de ángeles.